En la
vida diaria y en la escuela empleamos la comparación como una de las
habilidades para aprender y comprender las situaciones que vivimos. Consiste en la búsqueda de las relaciones que existen
entre varios objetos, personas, hechos o situaciones con base en sus semejanzas
y diferencias. Aunque no todas las cosas
pueden compararse, las que sí, proporcionan importante información que permite
a la persona desenvolverse en el mundo de una manera más acertada.
Muchas de
las prácticas comparativas se pueden realizar desde la educación preescolar,
pasando por la educación básica y media hasta la educación superior, con la orientación
de los educadores con el propósito claro de infundir en los estudiantes el no
conformarse con sólo una versión de las cosas.
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